Cuando era pequeña jamás imagine que tendría que preocuparme de tener una economía sana en toda la extensión de la palabra, crecí en una familia de clase media, preocupados más por sobrevivir que por vivir y disfrutar la vida.
Mis padres por supuesto hicieron lo que estuvo en sus manos para que sus tres hijos no tuvieran que padecer esa situación, pero los años pasan y te comienzas a dar cuenta de la situación familiar y como está formado el mundo en materia económica.
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Te vuelves adulto y te das cuenta de las injusticias en un sistema centralizado, desde una tonta decisión de quitar alguna característica de tu personaje de videojuego favorito, hasta darte cuenta de que existen algunas personas que toman decisiones económicas sin pensar en la mayoría y solo beneficiándose y enriqueciendo sus bolsillos sin importar el resultado de sus acciones.
Conocer las finanzas descentralizadas me ha llevado a comprender que un sistema de decisiones democráticas (pero no la democracia que nos han impuesto) sino una verdadera democracia en la que todos participamos, es el camino por el que todas las personas deberíamos pelear.
Dejar de preocuparnos de sobremanera porque no vuelva el día en el que los ahorras de toda la vida desaparezca gracias a las acciones y decisiones de unos pocos para “salvar el país” o porque instituciones financieras centralizadas se laven las manos y te dejen solo en situaciones donde se supone que deberían protegerte.
Bitcoin, la tecnología Blockchain y el ecosistema criptográfico llegaron para cambiar las reglas, un sistema descentralizado donde tú tengas el control de tu dinero, donde tú puedas decidir que comprar y donde comprarlo, es lo que tenemos que defender. Y algunos dirán que el dinero no lo es todo y están en lo correcto, pero en este mundo es esencial para vivir bien.
Sin embargo, recordemos que entre las reglas de un sistema descentralizado se encuentra el hacerte responsable de la parte que te corresponde, porque siendo una democracia sana, cada quien tiene que definir su manejo de riesgo. Hacernos responsables de donde queremos invertir y qué plataforma seleccionamos para guardar nuestros ahorros, con la seguridad que se tiene que manejar.
Espero que estas líneas puedan abrir tu curiosidad acerca del mundo criptográfico, pero sobre todo a pensar si has sido responsable con tus decisiones, porque solo al ser consiente de esa parte que nos corresponde podremos hacer un cambio.
