El desafío del consumo de crack en Frankfurt durante la Eurocopa 2024

Brenkiria
Brenkiria
8 Min

Durante la celebración de la Eurocopa 2024, una realidad ajena a las canchas de fútbol sorprendió a aficionados y turistas que visitaban la ciudad de Frankfurt: el evidente consumo de crack en las calles cercanas a la estación central de tren, Bahnhofsviertel. Esta zona, que atrae diariamente a más de 500.000 viajeros, se ha convertido en el epicentro de un grave problema social. Los medios locales han apodado al área como “Zombieland”, aludiendo al creciente número de consumidores de drogas que se congregan en la vía pública, encendiendo pipas frente a burdeles y comercios.

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De acuerdo con datos del gobierno local, aproximadamente 350 usuarios de crack circulan diariamente por esta área, aunque la cifra puede variar considerablemente, llegando a concentrar hasta 50 personas en ciertos momentos. Este fenómeno ha emergido como uno de los mayores retos para las autoridades, que intentan mitigar los efectos del consumo visible de drogas en una de las principales puertas de entrada al centro financiero alemán.

 

La historia del consumo de drogas en Frankfurt: de la heroína al crack

 

El problema del consumo abierto de drogas en Frankfurt no es nuevo. Durante los años 80, la heroína dominaba la escena en torno a la estación de Taunusanlage, a escasos 500 metros de Bahnhofsviertel. En ese tiempo, más de un millar de personas se reunían regularmente en la zona para inyectarse, y las muertes por sobredosis ascendían a 150 por año.

No fue hasta la década de 1990 cuando la situación comenzó a mejorar, gracias a la implementación de una serie de medidas conocidas como el “Método Frankfurt”. Sin embargo, la problemática no desapareció por completo. Hoy en día, el crack ha sustituido a la heroína como la droga predominante. Según estudios realizados por el Centro de Investigación sobre Drogas (CDR) de la Universidad de Frankfurt, el 90% de las sustancias ilícitas consumidas en Bahnhofsviertel actualmente corresponden a crack, un cambio que se ha observado no sólo en Frankfurt, sino en toda Alemania.

Este crecimiento del consumo de crack ha sido significativo a nivel nacional. El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) reportó que entre 2015 y 2021, el porcentaje de personas entre 15 y 64 años que consumieron crack pasó del 1,2% al 3,1%. Las encuestas más recientes indican que esta cifra ha seguido aumentando, con empleados de centros de acogida reportando un incremento tanto leve como considerable en el número de usuarios.

 

Factores que agravan la situación: oferta masiva de cocaína y la pandemia de Covid-19

 

Uno de los factores clave detrás del incremento en el consumo de crack ha sido la abundante oferta de cocaína en el mercado. Artur Schroers, jefe del Departamento de Drogas de Frankfurt, destacó que nunca antes se había producido tanta cocaína en el mundo, lo que ha llevado a una caída de precios y un aumento en su pureza. Este fenómeno ha contribuido a que la ciudad registre cifras récord en incautaciones de cocaína. En junio de 2023, las autoridades alemanas anunciaron la mayor incautación de la historia del país, con decenas de toneladas confiscadas en el puerto de Hamburgo.

La transformación urbana en Bahnhofsviertel, sumada a los efectos de la pandemia de Covid-19, ha exacerbado la crisis. Antes de la pandemia, la zona experimentaba un proceso de gentrificación con la apertura de bares y restaurantes de moda. Sin embargo, el cierre de estos establecimientos durante los confinamientos dejó las calles desoladas y vulnerables al incremento de la criminalidad. Frankfurt sigue siendo la ciudad más peligrosa de Alemania, y los esfuerzos policiales no han logrado contener del todo el consumo de drogas en la zona.

 

El Método Frankfurt: un modelo a seguir, pero con nuevos desafíos

 

El Método Frankfurt, implementado en los años 90, sigue siendo un referente internacional en cuanto a la combinación de represión del tráfico de drogas con un fuerte enfoque en servicios sociales y de salud para los usuarios. Este modelo incluye la provisión de insumos higiénicos, centros de atención médica, terapias de sustitución y salas de consumo supervisado, donde los usuarios pueden consumir drogas de manera segura bajo supervisión médica.

No obstante, el auge del crack ha planteado nuevos desafíos. A diferencia de la heroína, para la cual existen tratamientos de sustitución con metadona, no hay alternativas probadas para tratar el consumo de crack o cocaína. Las características del crack, que produce efectos inmediatos pero breves, hacen que los usuarios permanezcan en las calles y consuman repetidamente, dificultando el control de su uso.

 

Perspectivas futuras: la lucha continúa

 

Aunque el Método Frankfurt sigue siendo un modelo exitoso en la reducción de muertes por sobredosis y la contención de la criminalidad, las autoridades locales reconocen que se necesitan nuevas estrategias para enfrentar el creciente consumo de crack. Entre las iniciativas recientes se incluyen la creación de un gran centro especializado para usuarios de crack, con zonas de consumo supervisado, y la expansión de los servicios de apoyo social y médico. La experiencia de Frankfurt podría servir como referencia para otras ciudades de Alemania y del mundo que enfrentan crisis similares.

El crack, como advierten los expertos, se ha convertido en un problema no solo de Frankfurt, sino de muchas ciudades grandes y medianas, requiriendo un enfoque adaptativo y coordinado para mitigar sus devastadoras consecuencias.

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