La ciudad de Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa, está viviendo una situación de extrema violencia que algunos califican como una guerra civil. Así lo describe el periodista británico Ioan Grillo, quien ha estado reporteando la violencia en México por más de dos décadas. Desde la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los principales líderes del Cartel de Sinaloa, se ha desatado un violento conflicto entre dos facciones del cartel: los aliados de Zambada, conocidos como “los mayos”, y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, llamados “los chapitos”.
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Este enfrentamiento por el control del cartel ha dejado un saldo de al menos 50 muertos y 70 secuestros, según Grillo, aunque estas cifras son solo aproximaciones, ya que gran parte de la violencia ocurre fuera del alcance de los reportes oficiales, especialmente en las zonas rurales y durante las noches.
El vacío de poder generado por la captura de Zambada ha intensificado la lucha por el liderazgo del cartel, y el arresto en sí parece haber sido resultado de la disputa interna entre ambas facciones. Grillo destaca que, si bien la estrategia de las agencias estadounidenses ha sido capturar a los capos, esto tiende a generar más violencia, pues rompe el orden interno de los grupos criminales y abre la puerta a enfrentamientos por el control.
En Culiacán, una ciudad de más de un millón de habitantes, la situación es especialmente grave: la población ha implementado toques de queda espontáneos, los comercios han cerrado, las escuelas están vacías y hay escasez de alimentos en las áreas cercanas. Además, las redes sociales han amplificado el miedo, con la difusión de videos de violencia, tanto falsos como reales.
Grillo señala que, aunque Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, ha criticado la detención de Zambada como un acto irresponsable por parte de las autoridades estadounidenses, también recae en él la responsabilidad de garantizar la seguridad en el país. Sin embargo, la estrategia de combatir el narcotráfico a través de la captura de capos no ha sido efectiva en reducir la violencia, y México sigue buscando una solución viable a largo plazo.
Mientras tanto, los habitantes de Culiacán viven entre el miedo y la incertidumbre, esperando que la guerra interna del Cartel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo, llegue a su fin.
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