La popular aplicación de mensajería Telegram, conocida por su fuerte enfoque en la privacidad, ha dado un giro inesperado. En respuesta a la creciente presión de gobiernos internacionales, la compañía ha anunciado que comenzará a colaborar con las autoridades en investigaciones criminales, compartiendo información clave como direcciones IP y números de teléfono de usuarios bajo ciertas condiciones.
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Según una nota publicada por Bloomberg, esta colaboración se dará únicamente cuando exista una orden judicial válida. Este cambio marca un claro contraste con la política previa de Telegram, que en su momento prometía total confidencialidad y se destacaba por no ceder a peticiones gubernamentales, incluso en casos de uso ilegal de su plataforma.
El CEO de Telegram, Pavel Durov, tomó la iniciativa de hacer este anuncio a través de su propio canal en la aplicación, detallando las razones detrás de la decisión. Durov, quien recientemente fue arrestado en París, reconoció que la compañía ha sido criticada por su supuesta permisividad frente a actividades delictivas graves, como el tráfico de drogas y la explotación sexual infantil. Ante esta realidad, Durov explicó que el cambio en la política de privacidad de Telegram es un esfuerzo para combatir estas prácticas.
“Hemos identificado que algunas personas han abusado de la plataforma para vender artículos ilegales, y por eso, ahora colaboraremos con autoridades judiciales, entregando datos como IPs y números de teléfono, pero solo cuando se violen nuestras reglas y haya una solicitud legal válida”, expresó Durov.
El arresto de Durov y los cambios en Telegram
Este anuncio se produce poco después del arresto de Durov a finales de agosto en Francia, donde fue acusado de no implementar suficientes medidas para controlar el uso delictivo de Telegram. Aunque Durov pagó una fianza de 5.56 millones de dólares para obtener su libertad, enfrenta estrictas restricciones, como la prohibición de salir de Francia y la obligación de reportarse ante la policía dos veces por semana. Las autoridades francesas continúan investigándolo por delitos como “complicidad en la administración de una plataforma para transacciones ilícitas” y la “distribución criminal de imágenes sexuales de niños”.
Telegram ha tomado otras medidas en respuesta a las críticas. Entre ellas, ha desactivado la herramienta de “Personas Cerca” y ha restringido la subida de archivos multimedia en su herramienta de blogs, con el objetivo de frenar la actividad de bots y estafadores que operan en la plataforma.
Un cambio en la balanza entre privacidad y seguridad
Este giro en la política de Telegram representa un desafío para Durov, quien ha defendido durante años que la privacidad y la libertad de los usuarios son pilares fundamentales de la plataforma. Sin embargo, la presión internacional y las acusaciones de que Telegram ha sido un refugio para delincuentes parece haberle obligado a reconsiderar esta postura.
El debate sobre el equilibrio entre privacidad y seguridad sigue vigente. Mientras algunos celebran esta decisión como un avance en la lucha contra el crimen, otros temen que la colaboración con las autoridades sea el primer paso hacia una erosión más amplia de la privacidad en la plataforma. Telegram, que ha sido utilizada por millones de personas en todo el mundo precisamente por su enfoque en la confidencialidad, deberá enfrentar ahora el reto de conservar la confianza de sus usuarios ante este nuevo escenario.
¿Será este el inicio de un cambio radical en la política de privacidad de Telegram?
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