El vicepresidente de supervisión de la Reserva Federal, Michael Barr, expresó su descontento con los recientes datos de inflación en Estados Unidos, calificándolos como “decepcionantes”. Estas cifras, correspondientes a los primeros meses de 2024, no han aportado la evidencia necesaria para que el banco central considere relajar su política monetaria.
Durante su intervención en una conferencia de la Reserva Federal de Atlanta centrada en los mercados financieros, Barr manifestó:
“Las lecturas de la inflación en el primer trimestre de este año fueron decepcionantes. Estos resultados no me proporcionaron el aumento de confianza que esperaba encontrar para apoyar la relajación de la política monetaria”.
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Barr también se refirió a temas de regulación financiera que están bajo su supervisión, destacando la necesidad de mantener la política restrictiva vigente por más tiempo. “Tendremos que dar más tiempo a nuestra política restrictiva para que continúe su trabajo”, afirmó, reiterando que los esperados recortes de tasas no se materializarán hasta que haya una clara evidencia de que la inflación se encamina hacia el objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal.
El índice de precios de los gastos de consumo personal, la medida de inflación preferida por la Reserva Federal, se situó en un 2,7% en marzo y ha mostrado poca variación en los últimos meses, tras una tendencia a la baja durante el año pasado. Se espera que los datos de abril se publiquen la próxima semana.
A pesar de las preocupaciones inflacionarias, Barr destacó que la economía estadounidense sigue siendo fuerte, con un crecimiento sólido y bajos niveles de desempleo. Sin embargo, reconoció los riesgos asociados tanto a la meta inflacionaria de la Fed como a su mandato de mantener el desempleo lo más bajo posible.
La tasa de interés de referencia se ha mantenido en un rango de entre el 5,25% y el 5,5% desde julio pasado, y Barr consideró que este rango es adecuado para que la Fed “se mantuviera estable y observara cómo evolucionan las condiciones”.
La próxima reunión del banco central estadounidense está programada para los días 11 y 12 de junio, donde se revisarán nuevamente las condiciones económicas y se determinarán los pasos a seguir en la política monetaria.
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