La inteligencia artificial promete independencia de tierras raras

Brenkiria
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Las tierras raras son elementos químicos indispensables para numerosas industrias avanzadas, especialmente en la electrónica y las energías renovables. Estos elementos, como el neodimio, el prometio, el gadolinio, el itrio y el escandio, poseen propiedades fisicoquímicas únicas que los hacen cruciales para la fabricación de motores de coches híbridos y eléctricos, baterías, catalizadores, láseres, fibra óptica, paneles LCD y aerogeneradores. Sin embargo, la producción de tierras raras está dominada por China, que ha controlado más del 90% del mercado global durante muchos años. Esta situación ha generado preocupación en Estados Unidos, Europa y otros países industrializados, ya que dependen en gran medida de China para obtener estos valiosos recursos.

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En diciembre, el gobierno chino restringió la exportación de algunas de sus tecnologías de procesado de tierras raras, consolidando su supremacía y protegiendo sus intereses estratégicos en medio de tensiones con Estados Unidos y Europa. En respuesta, las naciones occidentales buscan reducir su dependencia de China, explorando alternativas para sustituir las tierras raras por otras materias primas, aunque esto requiere una considerable inversión en investigación y desarrollo. Tesla, por ejemplo, planea eliminar las tierras raras de sus próximos motores eléctricos.

Una solución prometedora surge con el uso de la inteligencia artificial (IA). La empresa británica Materials Nexus ha utilizado IA para diseñar, sintetizar y probar nuevos imanes permanentes sin tierras raras, creando el imán MagNex en solo tres meses. La IA ha acelerado este proceso unas 200 veces, ahorrando tiempo y recursos significativos. Jonathan Bean, director general de Materials Nexus, afirma que la IA transformará la ciencia de materiales en general, no solo los compuestos magnéticos. Además, la fabricación de MagNex cuesta solo un 20% de lo que costaría un imán convencional y reduce las emisiones de carbono en un 70%. Esta innovación podría ser crucial para disminuir la dependencia de tierras raras y fomentar la sostenibilidad industrial.

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