Hoy en México se ha aprobado una reforma que sin duda cambiara el rumbo de la historia de México. Y una única pregunta queda en la cabeza de los Mexicanos, este cambio ¿Qué traerá para el país?
Brenkiria.
La madrugada del miércoles se aprobó en México una reforma histórica al Poder Judicial, considerada la más profunda de las últimas tres décadas. Con 86 votos a favor y 41 en contra, el Senado dio luz verde a los cambios constitucionales que permitirán, a partir del próximo año, la elección por voto popular de magistrados y jueces del sistema federal.
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La reforma, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como parte clave de su legado, ha sido objeto de críticas y controversia tanto en el ámbito nacional como internacional. A pesar de las divisiones políticas y las protestas en el Poder Judicial, los partidos del bloque oficialista lograron la mayoría necesaria para su aprobación.
¿Qué Cambia con la Reforma?
Uno de los cambios más polémicos de esta reforma es la elección de magistrados y jueces a través del voto popular. A partir de 2025, los ciudadanos mexicanos podrán elegir a quienes formarán parte del sistema judicial federal, rompiendo con el actual modelo de nombramiento por parte del presidente y el Congreso. Además, se reducirá el número de magistrados en la Corte Suprema, se acortarán los periodos de mandato, y se eliminarán las pensiones vitalicias para ministros.
La reforma también incluye la creación de un nuevo órgano disciplinario y administrativo que gestionará la carrera judicial y los recursos del Poder Judicial, desplazando parte del control de la Suprema Corte.
Pros y Contras de la Reforma Judicial
Entre los aspectos positivos de esta reforma, sus defensores aseguran que abrir el proceso de elección de jueces al voto popular democratiza el sistema judicial, permitiendo mayor participación ciudadana y reduciendo el control de las élites políticas y económicas sobre los tribunales. Esta medida, argumentan, dará a la futura presidenta Claudia Sheinbaum un sistema más alineado con las prioridades de la Cuarta Transformación impulsada por AMLO, enfocada en la justicia social y el combate a la corrupción.
Sin embargo, los detractores señalan varios riesgos importantes. En primer lugar, alertan que la politización del sistema judicial podría erosionar la independencia de los jueces, ya que su selección estaría influenciada por factores políticos y económicos. También se teme que la elección popular permita que candidatos con redes políticas o financiamiento de dudosa procedencia, incluido el crimen organizado, accedan a cargos clave en el sistema de justicia. La comunidad internacional, incluyendo organismos como la ONU y Human Rights Watch, han advertido que esta reforma podría socavar la imparcialidad judicial y generar incertidumbre legal.
Por su parte, AMLO ha descrito la reforma como una pieza fundamental de su proyecto de transformación nacional, la llamada Cuarta Transformación, que busca “erradicar la corrupción” y reformar las instituciones de poder en México. Sus enfrentamientos con la Suprema Corte, que ha bloqueado varias de sus reformas, han sido uno de los principales motores detrás de este cambio. El presidente, cuyo mandato concluirá el 30 de septiembre, busca dejar un sistema judicial más cercano al pueblo y menos influenciado por intereses ajenos.
No obstante, queda por ver cómo estas reformas impactarán el sistema judicial en la práctica. Mientras los legisladores locales se preparan para ratificar los cambios, los expertos continúan debatiendo si esta reforma traerá una verdadera democratización de la justicia o si debilitará uno de los pilares fundamentales del estado de derecho en México.
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