La reciente declaración de Nicolás Maduro como vencedor en las elecciones presidenciales de Venezuela ha generado una oleada de reacciones y cuestionamientos por parte de varios países, especialmente en el continente americano.
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El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, manifestó “serias preocupaciones” acerca de la legitimidad de los resultados, sugiriendo que estos no reflejan la verdadera voluntad del pueblo venezolano. Blinken enfatizó la necesidad de un conteo justo y transparente de los votos, instando a los funcionarios electorales a compartir información de manera inmediata con la oposición y observadores independientes. Añadió que la comunidad internacional está vigilando de cerca y actuará en consecuencia.
Chile fue uno de los primeros países en reaccionar, con el presidente Gabriel Boric expresando escepticismo sobre los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Boric destacó la necesidad de transparencia total y la verificación de los resultados por observadores internacionales.
Desde Uruguay, el presidente Luis Lacalle Pou también cuestionó la integridad del proceso electoral, calificándolo de “viciado” y sugiriendo que la victoria de Maduro era predecible independientemente de los resultados reales. En Colombia, el canciller Luis Gilberto Murillo solicitó una auditoría independiente del conteo de votos, subrayando la importancia de la transparencia y las garantías electorales.
La Unión Europea, representada por Josep Borrell, llamó a respetar la voluntad del pueblo venezolano y aseguró que es vital garantizar la total transparencia del proceso electoral. España y el Reino Unido también expresaron preocupaciones similares, abogando por la publicación de las actas de votación y la verificación independiente de los resultados.
Costa Rica, bajo la dirección del presidente Rodrigo Chaves, condenó categóricamente la proclamación de Maduro, calificándola de fraudulenta. Perú, a través de su canciller Javier González-Olaechea, rechazó las irregularidades observadas y anunció el llamado a consultas del embajador peruano en Caracas.
Ecuador, en la voz de su presidente Daniel Noboa, solicitó una revisión del caso venezolano por parte del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), destacando la necesidad de defender la paz y la democracia en la región.
Por otro lado, países como China, Qatar, Rusia e Irán felicitaron a Maduro por su victoria. El presidente ruso, Vladimir Putin, reafirmó la sólida relación entre ambos países, mientras que China expresó su disposición a fortalecer su asociación estratégica con Venezuela. Irán también elogió el proceso electoral, destacando la participación del pueblo venezolano a pesar de las sanciones internacionales.
En su primer discurso tras ser declarado ganador, Maduro defendió el sistema electoral venezolano, denunciando un supuesto ataque al sistema de transmisión de datos del CNE. También pidió respeto para su país y recordó que en situaciones similares en otros países, su gobierno evitó pronunciarse sobre los resultados.
La controversia sobre las elecciones en Venezuela continúa, con la comunidad internacional dividida entre quienes cuestionan la legitimidad del proceso y quienes apoyan al gobierno de Maduro.
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